Aunque los principios de la Gestión de los Recursos Forestales se remontan al siglo XVIII, las necesidades de ese tiempo eran muy diferentes a las actuales. Entonces era perentorio asegurar el suministro perdurable de recursos forestales, madera y leñas principalmente. Los antiguos forestales lo llamaron “Principio de persistencia”. Hoy la sociedad demanda también el recreo, la conservación de la biodiversidad, la lucha contra el cambio climático, el desarrollo rural, etc. ¿Podemos integrar todas estas necesidades en la Gestión Forestal Sostenible del Siglo XXI?
Uno de los pilares de la gestión forestal sostenible es no extraer del ecosistema más de lo que este produce. La selvicultura estudia y define en cada bosque las intervenciones más apropiadas para obtener los productos y servicios necesarios, sin comprometer el futuro del ecosistema. Por eso, antes de intervenir hay que estudiar la dinámica natural de cada bosque, considerar los objetivos y definir la mejor solución, ajustada a cada territorio, tipode bosque, biodiversidad, población, riesgos, etc.
Imitando a la naturaleza
La dinámica de los bosques se ve afectada de forma natural por perturbaciones. Pueden ser grandes — el fuego, los vendavales, o algunas plagas y enfermedades—, o más pequeñas —derribos puntuales de árboles, rayos, etc.— que abren huecos que permiten el establecimiento de nuevas generaciones de árboles.
También se pueden crear huecos mediante cortas planificadas. El tamaño de esos claros dependerá de las especies que crezcan en el bosque. Algunas especies necesitarán espacios grandes porque requieren más luz, mientras que otras, más adaptadas a condiciones de sombra, prosperarán en huecos más pequeños. Para que la planificación sea correcta, se requiere un gran conocimiento de las especies forestales y su dinámica natural.
Cortar árboles no siempre es malo. En muchos casos sirve para mantener el equilibrio en los bosques. Una correcta selvicultura permite obtener recursos necesarios para la sociedad a la vez que se conserva el ecosistema.
La innovación en el sector forestal
Uno de los grandes retos en la ciencia forestal es conocer el estado de los bosques. Esto supone investigar sobre las especies presentes, el número de árboles, su vitalidad, altura y nivel de desarrollo, el volumen de madera o la cantidad de carbono fijado. La aplicación de nuevas tecnologías en el sector forestal permite conocer todas estas variables con gran precisión y en muy poco tiempo.
Las nuevas tecnologías nos ayudan a definir la selvicultura más apropiada y a estimar la capacidad de un bosque para mitigar el cambio climático.